Posteado por: coastaltravels | septiembre 2, 2010

Arqueoturismo: Arqueologia + Turismo Cultural

Hubo una época en que el turista amante de las excavaciones arqueológicas se dirigía, cada verano, en sagrado ritual, hacia las ruinas de Empúries. Unía así, a la vez, su sed histórica y el placer de las vacaciones.

Hoy –especialmente en la última década– el abanico de posibilidades arqueoturísticas se ha multiplicado, entendiendo por arqueoturismo una variante del turismo cultural que, a pesar de contar cada vez con más adeptos en el mundo, sigue siendo una opción nueva para muchos.

Información arqueológica en portales digitales
De las 38 declaraciones de patrimonio de la humanidad que tiene España, ocho corresponden a yacimientos y sitios arqueológicos. A la consigna del arqueoturismo se ha unido la versión digital de la mano de iniciativas como Arqueotur-Red de Turismo Arqueológico, portal interactivo de carácter internacional, impulsado por profesionales del sector arqueológico y turístico que ofrece información detallada sobre yacimientos visitables. El futuro pasa por unir sinergias de redes temáticas y territoriales para consolidar un turismo de calidad.

20 primeros destinos del turismo arqueológico
1. Italia
2. Egipto
3. Grecia
4. México
5. Perú
6. España
7. Francia
8. Turquía
9. Reino Unido
10. Jordania
11. Guatemala
12. Portugal
13. Siria
14. India
15. Libia
16. China
17. Túnez
18. Brasil
19. Camboya
20. Israel

El interés por las culturas antiguas fue uno de los principales motivos de creación del turismo moderno cuando las élites europeas viajaban a Grecia e Italia para conocer los restos monumentales de las grandes culturas clásicas. Es lo que se conocía como Grand Tour. Hoy, el arqueoturismo se ha desarrollado en destinos como Egipto, Grecia, Israel, Italia, Jordania, México, Perú, Siria, España o Turquía, con larga tradición en valorización del patrimonio y con yacimientos considerados iconos culturales.

¿Cómo es el retrato robot del turista arqueológico? Según los expertos, hay más mujeres entre los turistas internacionales y más hombres entre los nacionales, tienen un nivel de estudios superior y un nivel de renta medio y medio alto. Son ciudadanos que suelen viajar durante todo el año, por lo que contribuyen a la desestacionalización y la mayoría de ellos se sitúan en dos intervalos de edad: entre los 25-34 y los 35-44 años. Las parejas con hijos menores de 18 años son el grupo que más valora las visitas a lugares arqueológicos.

¿Dónde acudir si usted es un arqueoturista? En ocasiones son las propias agencias de viajes las que ofrecen «recorridos a medida» en cuatro destinos muy solicitados en este género: Perú, Siria, Jordania y Egipto. «Se presenta un grupo de estudiantes de arqueología o, simplemente, aficionados. Tienen muy claro los puntos concretos que quieren ver. Solemos montarles un viaje que incluya las visitas de los yacimientos por visitar –explican desde la agencia Orixà, de Barcelona– y eso sólo puedes conseguirlo bajo una condición: que tengas buenísimos guías en esos países». Otras agencias se presentan ya como especialistas «en viajes temáticos y personalizados». Es el caso de Viajes Próximo Oriente, cuyas rutas brindan la posibilidad de visitar remotos yacimientos arqueológicos (Ugarit, Amrit, Mari…) o las «ciudades muertas» de la milenaria Siria. Rafael López-Monné, geógrafo y fotógrafo, forma parte de ese grupo de adictos al arqueoturismo. En enero de este año hizo una ruta por Egipto que no duda en definir como «uno de los mejores viajes» de su vida. Navegaron de Luxor a Asuán «con una embarcación donde apenas caben diez personas. Visitamos tumbas prácticamente solos. Un modo de viajar extraordinario».

En cuanto a museos, el Egipci de Barcelona ha sido pionero en programar viajes con filosofía arqueológica. Desde finales de julio se ponen en marcha sus barcos-escuela por el Nilo: quince días cuestan alrededor de 2.000 euros. Pero también ofrecen las ya llamadas expediciones culturales a Egipto. «Los participantes en el viaje van siempre acompañados de un profesor universitario, egiptólogo o arqueólogo, que facilita las explicaciones en cada visita. Se trata de estudiar un curso in situ y, al final, incluso les entregamos un diploma», explica Bibi Solanes i Roca-Sastre, directora de expediciones culturales del Museu Egipci.

Sólo la economía ha sesgado en algunos casos el arqueoturismo. «En el último decenio, en ciudades como Barcelona, se había detectado un notable aumento en el interés por hacer viajes de interés cultural histórico. Pero con la crisis económica, dado que estos viajes están hechos a medida, son los primeros que se resienten», explica Carles Buenacasa, profesor especializado en Historia Antigua y Mundo Clásico de la Universitat de Barcelona. Su experiencia como profesor-guía en viajes del Museu Egipci le ha permitido dibujar un tipo de arqueoturista: «Normalmente son mayores de 45 años con cierta base histórica. La mayoría, autodidactas. Les ilusiona visitar los yacimientos sobre los que han leído tanto…». Personalmente, recomienda un viaje: los principales yacimientos arqueológicos de Asia Menor y un repaso que incluye Atatürk, yacimientos hititas, griegos, romanos, Éfeso, Pérgamo, Troya… «y al final, la que creo que es la ciudad más hermosa del mundo: Estambul».

En otro tipo de recorridos, ni siquiera la crisis ha conseguido frenar la ola arqueoturística. El equipo liderado por Jordi Tresserras, coordinador de Ibertur (Red de Patrimonio, Turismo y Desarrollo sostenible), realizó un estudio que incluye las principales claves para entender la evolución del «turismo de arqueologia». A pesar de la crisis, explica el experto, el resultado ha demostrado que «se trata de un segmento al alza. Los viajes más caros, en este género, como destinos en China, continúan funcionando a pesar de considerarlos de lujo».

También existen otras modalidades. «Desde el arquetreking (turismo de mochila, por ejemplo la ruta de los dólmenes del Empordà) al arqueosailing (mezcla de turismo náutico de vela o de yates con visitas a yacimientos arqueológicos, como la ruta de los fenicios en Sicilia) o el arqueodiving (yacimientos arqueológicos submarinos abiertos al público como Bayahibe-La Romana en República Dominicana). Son modalidades que se adaptan a todos los bolsillos porque lo que realmente contribuye al precio final -detalla Treserras- es el alojamiento, el medio de transporte y donde comes». Un 51,19% de los museos arqueológicos son gratuitos.¿Viaje fetiche? El que realizó en 1987: excavar en Penzhikent, cerca de Samarkanda, población de la Ruta de la Seda.

Fuente: La Vanguardia.es


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